El Hiperapoyo metatarsal o metatarsalgia consiste en una afección dolorosa del metatarso, la región del antepié situada entre el tarso y las falanges de los pies. El metatarso está constituido por los huesos metatarsianos y es uno de los puntos del pie sobre los que se apoya el peso del cuerpo al caminar o correr, coincidiendo con la flexión dorsal del mismo.
El afectado comienza a sufrir dolor al realizar esfuerzos o ejercicio intenso, que inicialmente desaparece al entrar en reposo.
Sin embargo, el dolor se va reproduciendo cada vez más tempranamente y con mayor intensidad, hasta el punto en el que el afectado puede sentir dolor sólo al caminar o incluso sin tener que apoyar el pie. Puede ocurrir que no todos los metatarsianos se coloquen en el plano de apoyo con la misma inclinación y longitud.
Un exceso o defecto en la inclinación o hundimiento del metatarsiano o en la longitud del mismo pueden ocasionar una alteración del arco transverso anterior y de la parábola metatarsal, esto provocará hiperapoyos plantares y dolor en la marcha que impiden la deambulación normal. Entre los síntomas que puede producir la metatarsalgia destacan:
- Dolor fuerte y continuo en la planta del pie, justo debajo de los dedos.
- Dolor agudo y entumecimiento en los dedos del pie.
- Sensación de tener una canica o una piedra en el zapato de forma constante.
- Dolor que empeora al ponerse de pie, correr, doblar el pie, caminar, etc.
Causas de la metatarsalgia
La metatarsalgia es una de las dolencias más habituales en podología, especialmente en deportistas o en personas que suelen salir a correr con cierta frecuencia. Así mismo el uso de zapato femenino favorece la aparición de estos síntomas, pero, entre sus causas, se encuentran otros factores, como los siguientes:
- Algunas formas de pies. Las personas que tienen un arco plantar alto a la hora de andar suelen ejercer más presión sobre el metatarso y hacer que este se inflame con facilidad. Esto también ocurre en personas con el segundo dedo más largo que el dedo gordo, por ejemplo.
- Calzado inadecuado. Los zapatos de tacón alto hacen que recaiga peso adicional en la parte delantera del pie y, por tanto, son una de las causas principales de metatarsalgia en mujeres.
- Neuroma de Morton. Se trata de una inflamación en el tejido que crece alrededor del nervio, normalmente entre el tercer y el cuarto dedo del pie.
- Deformaciones en el pie. Igualmente, los dedos de martillo o los juanetes pueden provocar metatarsalgia.
- Al movernos, la mayor parte del peso del cuerpo recae sobre la parte delantera del pie. De esta manera, un mayor peso es sinónimo de una mayor presión sobre el metatarso.
- Algunas dolencias, como artritis inflamatoria, artritis reumatoide o gota.
Tratamiento conservador y quirúrgico en Madrid
- El tratamiento conservador de Hiperapoyo metatarsal con plantillas suele ser eficaz, pero condiciona el uso de calzado.
- El tratamiento quirúrgico es muy efectivo y soluciona el problema definitivamente devolviendo al pie su arquitectura normal.
- Por medio de cirugía mínimamente invasiva y accediendo por una incisión de 2mm se puede actuar sobre el metatarsiano realizando un corte selectivo en el hueso y en un plano determinado, que devuelve al hueso su posición funcional y permite que se equilibren las zonas de carga. La deambulación inmediata se convierte en un arma importante en la curación de estos procesos.
Cirugía mínimamente invasiva
En ocasiones, la inclinación o excesiva longitud del metatarsiano es tan acusada que con el paso del tiempo ha producido en la piel una hiperqueratosis plantar intratable o IPK. Se caracteriza por la formación de una callosidad que penetra en las capas profundas de la piel llegando a limitar la movilidad normal de la dermis, en este el paciente tiene la sensación de estar clavándose algo. La formación de este tejido fibrótico, provoca el fracaso de la cirugía metatarsal.
Para evitar esta circunstancia Clínica Piqueras desarrolló y publicó un complemento a la técnica de cirugía metatarsal para el tratamiento de estas IPK, que consiste en liberar por medio de cirugía minimamente invasiva las adherencias a nivel dérmico en el mismo acto quirúrgico con un resultado exitoso.
El paciente regresa a su domicilio al finalizar la intervención y acudirá a revisiones semanales hasta el alta definitiva que normalmente oscilará entre 4 y 6 semanas en función del paciente, el grado de deformidad y la evolución postquirúrgica.